Según Rivera – Salgado y Bada, para afrontar estos retos es necesario:
a) identificar e invertir para que las organizaciones de clubes de migrantes se consoliden institucionalmente.
b) que se les proporcione asistencia técnica en las iniciativas de desarrollo que surjan de sus bases y en materia administrativa financiera.
c) la creación de nuevos liderazgos.
d) el desarrollo de herramientas para facilitar la construcción de redes. En otras palabras, si se quiere construir OSC binacionales, es necesario que los actores interesados ​​–líderes migrantes, agencias financiadoras, OSC mexicanas, entidades gubernamentales y empresarios, fundamentalmente– faciliten el acceso de estas organizaciones a recursos públicos y privados.

Propuestas similares hace Shannon (2006), quien identifica que se necesita una inversión sistemática en el desarrollo de habilidades y capacidades en las organizaciones de migrantes y sus contrapartes en los lugares de origen. Esto con el fin de desarrollar sus capacidades para desarrollar y proyectar agendas propias que tengan los resultados transformadores a los que aspiran, así como para generar un desarrollo sostenido en el largo plazo. Además, es necesario movilizar recursos para utilizarlos en la planificación y capacitación del personal. Dado que tales recursos no son fáciles de conseguir, Shannon sugiere que los clubes busquen financiamiento externo, principalmente de asociaciones que sean compatibles con la misión de las organizaciones transnacionales o binacionales.

Para lograr logros efectivos en materia de fortalecimiento de las organizaciones binacionales de migrantes, se requieren recursos económicos, apoyo técnico, asesoría en formación de liderazgo, capacitación en materia organizacional, transparencia y rendición de cuentas, entre otros aspectos. Se entiende por apoyo técnico aquel que diversas organizaciones académicas, gubernamentales y de la sociedad civil pueden brindar a las organizaciones binacionales. Por ejemplo, la Universidad Iberoamericana junto con Alternativas y Capacidades, AC lanzaron una convocatoria para brindar asesoría gratuita a diversas OSC en temas relacionados con la constitución legal de las organizaciones; cómo proceder para ser donatarios autorizados; cómo obtener la Clave Única de Registro de las OSC, más conocidas como CLUNI, y reformar sus órganos de gobierno.

Este tipo de apoyo es consistente con lo comentado por varios actores, incluyendo líderes migrantes, representantes gubernamentales y academia, durante el taller ‘Desafíos y oportunidades en la cogestión de proyectos comunitarios transnacionales’ (Burgess 2010). Estos actores concluyeron que antes de iniciar cualquier tipo de participación en un programa con recursos públicos, es importante que tanto los clubes como los comités en México estén legalmente constituidos. Esto, además de fortalecer a las comunidades en México al generar una estructura de toma de decisiones, facilita la rendición de cuentas vertical y horizontal. También puede fomentar o al menos facilitar una buena comunicación entre los actores. Para atender la debilidad de la organización social a nivel local, también es necesario enfocarse en el desarrollo de contrapartes en las comunidades de origen como ente de fortalecimiento local e interlocutor de los migrantes. En ese sentido, hay algunas iniciativas que se pueden retomar. Por ejemplo, los líderes migrantes de Zacatecas decidieron establecer una organización formal, la Federación Zacatecana, AC, para apoyar procesos organizativos, asesoría técnica en proyectos productivos, y especialmente en lo que respecta a la construcción de capacidades empresariales, desde el nivel local.

Otro factor importante es la generación de alianzas intersectoriales. El hecho de que las organizaciones de migrantes u organizaciones binacionales sean incluidas en este tipo de convocatorias es clave para avanzar en la construcción de una sociedad civil binacional activa. En otras palabras, es necesario abrir un espacio de diálogo con las universidades públicas y privadas, así como con otras OSC en México que comparten algunos objetivos comunes con las organizaciones de migrantes, para trabajar juntos en la construcción de organizaciones binacionales sólidas.

En cuanto a los recursos públicos que se canalizan a las OSC, están, por ejemplo, los administrados por el Instituto de Desarrollo Social (INDESOL) o la Red de Filantropía que ha iniciado el Instituto de los Mexicanos en el Exterior (IME). Cabe destacar el gran apoyo que representaría el IME, en coordinación con otras instituciones educativas mexicanas radicadas en Estados Unidos, si desarrollara un programa de apoyo a la profesionalización de las organizaciones de migrantes. Los actores privados también entran en esta categoría, con fundaciones como Open Society Institute, MacArthur, Ford y otras fundaciones en México como la Fundación del Empresariado Mexicano (Fundemex) que han participado activamente en la promoción de programas de fortalecimiento, atención y asistencia. a las organizaciones de migrantes.

Estos recursos, públicos y privados, podrían servir para cumplir con los objetivos identificados por la diáspora en Estados Unidos, entre los que se encuentran:
1. Promover mayores niveles de organización social y participación de los mig

las organizaciones sindicales como nuevo actor social en el marco de la sociedad civil organizada; donde la formación de migrantes en temas de liderazgo, con especial énfasis en igualdad de género y temas de juventud, juega un papel central.
2. Profesionalizar los clubes de Estados Unidos y las organizaciones de las comunidades de origen para fortalecer la vertiente de proyectos productivos del Programa 3×1 y promover otros que amplíen las oportunidades de desarrollo.
3. Crear mecanismos de comunicación y coordinación horizontal, para que haya retroalimentación en los procesos de toma de decisiones en las organizaciones. Para ello, las tecnologías de la información pueden ser de gran utilidad.

García Zamora destaca la relevancia de diseñar una estrategia de tránsito de la filantropía transnacional hacia el desarrollo regional con un enfoque transnacional, que debe incluir la propuesta del migrante como nuevo actor social transnacional. Ello sin perder de vista que la responsabilidad de esta nueva política pública recae en el Estado mexicano en sus tres niveles de gobierno, junto con la sociedad civil.

Para hacer frente al hecho de que muchos líderes migrantes trabajan de forma aislada, es importante crear programas que fomenten la transferencia de talento y conocimiento, facilitando así los relevos generacionales. Una propuesta que surgió del Taller es la constitución de una cantera comunitaria transnacional de talento que permita identificar y reclutar nuevos y nuevos líderes; además de reconocer y promover la participación de las mujeres en los espacios de liderazgo y toma de decisiones (Burgess 2010).